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2009-09-26

· Inmortal vejez

Muchos pensarían que la adolescencia es la etapa más crucial en todo el transcurso de la vida humana, ya que prácticamente la persona se incorpora al mundo. Don Pancho Reveles pensaba diferente. A sus 82 años de edad, sabía con certeza que la vejez puede ser mortífera, que de todo a lo que alguna vez se perteneció y cada cosa que se poseyó, sólo quedaban nostálgicos recuerdos. Llega el punto en el que la persona se enajena del mundo.
Hacía tres años que, a causa de las deficiencias de salud que su viejo cuerpo presentaba, Don Pancho Reveles fue despojado de la vida que construyó. Las políticas laborales causaron el retiro de su trabajo; su importancia y respeto en la vida familiar era cada vez menor; la sociedad en sí ya no valoraba sus habilidades. Un anciano de 82 era una herramienta meramente inservible. Pero Reveles tenía más espíritu que edad. Mucho más.
El día de Valencia, como se llamaba el pequeño condado situado en un abismo árido y donde Reveles había pasado toda su existencia, habitantes y personajes importantes asistieron al 163° Aniversario del Condado de Valencia. En medio del evento, cuando el alcalde daba el típico discurso que los veteranos ya habían memorizado, nuestro personaje interceptó la señal del micrófono y tomó la palabra. Anunció a los presentes que se adentraría a los terrenos desérticos de Valencia durante un mes, a fin de probar que, si puede sobrevivir allá completamente solo y utilizando algunos escasos y básicos objetos, podía también seguir viviendo en Valencia como lo hacía antes de ser degradado por motivos de vejez.
Nadie lo detuvo. Todos pensaron que ya se había vuelto loco. Pero Don Pancho Reveles no le había pedido permiso u opinión a nadie.
Tras un mes y dos días, a lo lejos del sur de Valencia se divisaba un hilo de humo como el que Reveles había prometido crear una vez terminada su travesía. Fue su familia quien decidió ir al desierto por él. A la distancia, Doña Reveles, mujer con clase y barba y toda característica que le quite el aspecto femenino, bajó de su caballo y caminó discretamente hacia su marido para darle la sorpresa que acabaría con su vida.
Ahí murió Don Pancho Reveles, pero sus ideales continuaron, y a partir de entonces se permitió que los ancianos capaces vivieran la vida que deseaban.

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A partir de una imagen.



3 comentarios:

Martín Gardella dijo...

Creo que el título de tu entrada es un excelente resumen del relato! Definitivamente Pancho será inmortal.

Carina Felice, Photography dijo...

Una historia que nos permite imaginar una vejez digna...
me encanta Kappie, sabes que me zambullo en tus escritos como vos en mis fotos, un dia haremos un libro :)
Abrazos desde el sur!

Un tipo dijo...

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Algún día !
Amo esa frase xD

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Edgar Hernández. Tecnología de Blogger.