Escritos | Microficción | Fotografías | Autores | Random

2010-12-03

· Inalcanzable

Este deseo emerge constantemente en el espíritu de la gente del pueblo. De hecho, existe el Monumento Resortera, funcional, para honrar a aquellos que solamente querían alcanzar el cielo y fracasaron, y al mismo, para perpetuar el ideal. Hoy lo intenta alguien más. Ya en el monumento, se había posicionado en el gran trozo de cuero y retrocedido hasta el límite de los ligamentos. Se suavizó, salió volando y también murió incinerado.


5 comentarios:

© L. Godiva dijo...

Jajaja... deberían regalarse estatuillas en honor a ese monumento. ¿De verás existe?

Yo digo que de vez en cuando uno debe poner los pies en la tierra; el cielo es bonito y atractivo, de eso no hay duda, pero la realidad es otra cosa. Hay que ser muy constantes para lograr lo que uno quiere.

Saludos!!

Un tipo dijo...

@Godiva: hahaha. No sé si exista como tal, pero cuando busqué imágenes, miré varias resorteras gigantes alrededor del mundo.

El micro en sí, viene de un sueño que tuve, haha.
Y bueno, yo digo que ya andaré por el cielo en algún tiempo. Hoy soy terrestre. Eso sí: quiero una nube.


¡Un saludo!

Lola Sanabria dijo...

Alcanzar el cielo, metafóricamente hablando, es un sueño de todo cristo, pero ¡ay! uno acaba incinerado como polilla que se acerca demasiado a la luz.

Me gustó.

Besos calentitos.

Malena dijo...

La gente del pueblo tenía el síndrome Icaro. :)

Para que llegar al cielo, si se está tan bien en la tierra, no?

Un tipo dijo...

@Lola: ¡exacto, Lola!

@Malena: haha, ya lo creo. Son icarianos.
Y bueno, ese viaje es lo mismo que los astronautas, o la migración. La verdad, es innecesario estar literalmente lejos de algo para ver su belleza.


Abrazos a ambas :)

data:newerPageTitle data:olderPageTitle Inicio



Edgar Hernández. Tecnología de Blogger.